El mensaje
Supongamos que enviaste ese mensaje, que escupiste todo lo que querías decir hace tanto en ese pequeño texto y lo terminaste con un, “menos a veces es más”. que te pones ansioso y empezas a buscar cosas para hacer con tal de no estar al pendiente de su respuesta, que igualmente miras esa foto y sentis como se te revuelve todo, como se te eriza la piel; el tiempo pasa y seguís ahí sin hacer nada pero a la vez con ganas de hacer todo, el mensaje no llega y te empezas a preguntar si ya estará hecho.
El sentimiento de presión en el pecho no te lo olvidas más, menos cuando suena esa notificación de tono diferente al resto y sabes que llegó esa respuesta tan esperada, lo abrís y el mensaje solo dice “es tuyo, te esperamos”, el alivio recorre tu cuerpo y sin pensarlo te vas corriendo hacia ese lugar, llegas y como decía el mensaje te están esperando, tomas el ascensor y vas hasta la habitación 122, entras y ahi te encontras con una carta, la cual dice lo siguiente: “encontrá a la persona que solo nosotros sabemos que tiene un tatuaje de dragón”, salís rápido y vas en busca de lo pedido; en el camino ves sin esperarlo a esta persona, pero dudas en acercarte porque una vez que lo hagas te vas a encontrar con esos sentimientos de nuevo, sin pensarlo nuevamente te acercas y le tiras del brazo para volver a la habitación, esta persona te sigue sin quejarse.
Supongamos que seguiste camino a la habitación y que al llegar estaba el sujeto que envió ese mensaje, que soltas a la persona pedida y esta no emite palabra ante la situación, que el sujeto te da un papel que dice, “con tu llegada puedo decirte que fue una emboscada” ; abollas el papel, lo tiras y esperas a morir.
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